Antes del nacimiento de los trillizos, una de las cosas en las que me hacía ilusión pensar era en la hora de hacer la compra con mi futuro hijo o hija.
Si, lo sé, puede parecer una tontería pero era una situación que, al imaginarla, me hacía sonreír. Veía niños con sus papás recorriendo los pasillos y llenando los carritos y me decía: "algún día yo me veré así".
También es verdad que vi alguna que otra rabieta de un pequeño rebotado porque mami no le compraba aquello que él quería en ese momento: "lo sabré gestionar" -pensaba-.
Lo que no sabía es que tendría tres bebés de golpe y que hacer la compra con ellos (lo mismo que pasear, bañarlos, darles de comer, llevarlos a dormir...) se convertiría en una pequeña aventura cotidiana.
Pero comprar hay que comprar, y si no te queda más remedio que llevar a tus hijos contigo, está bien tener en cuenta algunos truquillos para que la salida no acabe en llanto y crujir de dientes.
Trucos que cuando vas con un niño son útiles, pero con tres, y de la misma edad, se convierten en indispensables.
Conviene, en primer lugar, no llevarles ni con hambre, ni con sueño, porque entonces si que puede ser que se pongan nerviosos y te monten ese pequeño espectáculo que te hace sonrojar ante los demás compradores que, por otro lado, te entienden mucho mejor de lo que tu te imaginas en ese momento.
En este punto debo confesar que aún no ha llegado el día en el que mis trillizos me monten un "pollo" en el súper.
Suelo llevarlos a uno cercano a casa donde ya nos conocen, y el comentario habitual del personal del establecimiento es: "¡¡qué buenos son tus hijos!!" También es cierto que de momento siempre llevo refuerzos: papá, yayo, yaya, prima...
También es recomendable ir con una lista o al menos una idea más o menos clara de que productos tienes que comprar, para ir al grano, agilizar la compra, y no estar más tiempo del deseado en el súper. ¡¡Ya se encargarán ellos de pedirte lo que tú no tenías previsto comprar!!
Implicarles en la compra es una de las mejores cosas que se pueden hacer. Así se sienten mayores y dispuestos a ayudarte, con lo cual lo más probable es que se comporten de maravilla y estén la mar de formalitos en el establecimiento.
Mis niños son aún muy pequeños, ¡¡pero aun así, funciona!! Les hago coger productos que están a su altura y ponerlos en el carrito. Les encanta ayudar.
Lo que yo suelo hacer es darles a cada uno un carrito-cesta de esos mini, como podéis ver en el vídeo, y hacen el recorrido la mar de contentos por todo el supermercado. Eso si, igual un día de estos le pido al encargado que retire los rollos de papel de regalo con el dibujo de Peppa Pig de al lado de las cajas. Casi siempre me encuentro dos o tres entre los artículos "indispensables" en la lista de la compra.